Venezuela, 08 de mayo de 2016
Querida Madre:
Hola, te
saludo desde una eterna melancolía, desde un eterno amor. Te saludo como todos
los días, como todas esas mañanas donde tu sonrisa me hace feliz, donde el olor
a café invade la casa; ese olor no es igual si no viene de ti. Te saludo desde
mi más profunda admiración, porque eres vida, sabiduría y amor. Porque simplemente
eres tú, mi mamá.
Te saludo
porque, en tu condición de madre, existe
una fecha específica para celebrarte, pero yo la agasajo todos los días al darte
un abrazo, al sacarte una sonrisa, al consolarte cuando lo necesitas. La celebro
al verte desde la distancia de mi posición como hija, desde mi orgullo y pasión,
desde mi agradecimiento y desde mis dudas porque ¿Cómo lo haces? ¿Cuál es tu
secreto? La perfección para mí lo eres tú.
Sí, tú eres la perfección
y eso lo sabes, no lo pregono pero te lo demuestro. Así como tú me demuestras
que ser madre no es tarea fácil, que amar a veces es difícil pero que es el
mejor regalo que la vida te da. Que aguantar cambios es complicado pero que
todo vale la pena. Que crecer con poco te hace merecedor de lo más grande: un
hogar donde el amor prevalece ante todo, pues tu amor está pintado en las
paredes de la casa. En cada rincón de mi vida. En cada página de mi libro.
Eres la luz más
grande que puede tener cualquier camino, eres color en un cuadro gris. Eres todo
lo maravilloso que el universo puede dar. Eres humana, llena de sentimientos,
llena de un corazón infinitamente latente. Eres la mejor representación de
mujer que puede existir, eres lo mejor que puede existir.
Cuando la vida
se vuelve intrínseca, pues sabes que es así, tu andar siempre ha logrado sobrepasar
todos esos laberintos que la vida otorga; eres habida con tus decisiones. Son esas
las que siempre me llenan de orgullo, pues eres tú la que mejor guía, la que ya
se sabe el camino, la que mejor enseña. Definitivamente eres mi mejor
profesora, la que mejor educa. Nunca me aburro de ti.
En este
momentos estas son las palabras, creo, indicadas para explicarte cómo es que tu
vida influye en la mía, como es que tus pasos guían los míos, como es que tu
voz retumba en mi alma, pero esto es simplemente un resumen muy corto ante lo
que en realidad eres para mí, ante lo que influyes en mi mundo. Estas son solo
unas breves líneas ante lo que representas y siempre serás, mi madre.
Gracias por ser así, tan simple, tan pura, tan
hermosa. Por ser siempre luz, por tu sonrisa contagiosa, por esos abrazos
incómodos, por esos regaños sin fin que tanto me han enseñado aunque a veces no
lo creas. Por ser mí amiga cuando no tuve a ninguna, por defenderme cuando no tenía
quien me defendiera, por comprenderme cuando nunca nadie lo hizo y por
respetarme cuando nadie lograba hacerlo. Gracias por ser tú, siempre tú. Por ser
lo más grande que la vida me ha podido regalar y lo más infinito que jamás tendré.
Gracias por darme el privilegio de todos los días llamarte por tu mejor nombre:
Mamá.
Te amo. Xx, María Isabel.
Es demasiadoooo ♥
ResponderEliminarMi amor no te imaginas como me conmueve y enorgullece tanta asertividad, tanta sabiduría,tanta sensibilidad y tanto agradecimiento...que Dios siga cultivando en ti todos estos valores que te engrandecen...eres maravillosa, siempre lo supe...ttqm.😘
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